El yoga Yin es un estilo de yoga que no es tan conocido como otras variedades y, por lo tanto, es menos popular y se practica con menos frecuencia (especialmente en Occidente). También llamado a veces "yoga taoísta", este tipo de yoga (o al menos el concepto del mismo) ha existido durante miles de años a pesar de su falta de uso generalizado. Es similar a otros tipos de yoga en que el estiramiento y la respiración profunda son acciones fundamentales, pero se diferencia en que implica apuntar a los tejidos conectivos profundos del cuerpo en lugar de los tejidos superficiales; también se dice que ayuda a concentrar la energía natural del cuerpo.
En general, las posturas de Yin Yoga se consideran más pasivas que las posturas más dinámicas que se ven en los tipos de yoga más conocidos. En total, solo hay alrededor de tres docenas de posturas principales asociadas con Yin Yoga, y muchas de ellas implican relajarse en la postura para que el estiramiento llegue más profundamente a los músculos.
Otra parte importante del Yin Yoga es mantener estas posturas durante períodos prolongados de tiempo; la mayoría de las personas mantienen una postura durante varios minutos, mientras que otras han mantenido ciertas posturas durante más de veinte minutos. Según muchas personas que estudian y practican Yin Yoga, el tiempo que se pasa manteniendo estas posturas no es muy diferente al de la meditación; mientras se relaja en la postura, tanto el cuerpo como la mente pueden descansar y encontrar el equilibrio.
Muchas posturas de Yin Yoga enfatizan áreas de tu cuerpo que abarcan una articulación o forman algún propósito conectivo importante en tu cuerpo; tus caderas y tu columna en particular son puntos de enfoque comunes para la posición de Yin Yoga, muchas personas informan tener una mejor flexibilidad y articulaciones más móviles incluso después de una sola sesión de Yin Yoga.
Y aunque el ritmo más lento del Yin Yoga fomenta una mentalidad más meditativa y te permite conectarte con tu ser interior y encontrar el equilibrio, hay muchos beneficios físicos además de encontrar la paz interior y una mayor atención plena.
El Yin Yoga es especialmente bueno para aumentar y mantener la flexibilidad y la movilidad, especialmente a medida que envejecemos y nuestras articulaciones se vuelven más rígidas y menos móviles. También es bueno para aumentar nuestra resistencia física general, así como para reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial. El Yin Yoga también es excelente para reducir el estrés y aliviar la tensión que llevamos en el cuerpo debido a todas las preocupaciones que acumulamos durante el día. También hay algunos casos en los que la práctica del Yin Yoga parece haber ayudado a personas que sufren migrañas.
La práctica del yin yoga también puede ayudarte con tus habilidades de meditación, gracias a la forma en que mantener posturas durante períodos prolongados te anima a centrarte y encontrar tu equilibrio interior.
En general, el yoga yin se recomienda para quienes desean una experiencia más profunda, tanto física como mental, y muchos practicantes actuales sugieren practicar tanto yoga yin como yoga yang (que cubre muchos de los tipos de yoga más conocidos y dinámicos, que tienden a ser más rápidos y centrarse en diferentes áreas del cuerpo) para obtener una experiencia de yoga lo más completa y significativa posible.